10 de febrero de 2015

Benitagla, la pequeña perla del interior de la provincia

Monumento de bienvenida a Benitagla.
Benitagla es una pequeña perla blanca situada en el interior de la ostra de la provincia de Almería. Es el municipio con menos habitantes pero no por ello alguien puede pensar que este pueblo está abandonado o deshabitado. Hay que decir que este pequeño pueblo está desbordante de vida, una vida que florece igual que los almendros en los primeros meses del año. Los fines de semana, los bares y merenderos de la zona se llenan de gente de todas partes que vienen a respirar los mejores aires de Europa y a disfrutar de este pueblo de montaña.

Sus casi mil metros de altitud hacen de ella un manto de nieve en los meses invernales y un manto de flores en los meses cálidos. Durante la época de frío las chimeneas de las casas están a tope con la leña que proporcionan los encinares aledaños. La flor del almendro anuncia la llegada de la primavera a Benitagla antes que en cualquier otro lado y su valle y sus barrancos se pigmentan de colores blancos y rosados.
 Cerro Monteagud sobre la panorámica de Benitagla.

Benitagla está a un paso del Santuario de Monteagud, de hecho la silueta de la ermita en lo alto del cerro puede verse desde cualquier punto del municipio. A finales de abril se celebra la romería en honor a la Virgen de la Cabeza lo que conlleva a una afluencia considerable de visitantes al pueblo.

Aunque la Virgen de la Cabeza tiene muchos seguidores en la comarca, la devoción religiosa en Benitagla es por La Piedad, patrona del pueblo. El templo donde se guarda esta imagen es la iglesia de San Juan, a orillas de la carretera que atraviesa el pueblo, enfrente de la casa consistorial.
Torre de la iglesia de Benitagla.

La iglesia de San Juan es sencilla y para gente sencilla, sus paredes se blanquean cada año con cal y su pequeña torre ofrece un repicar de campanas a finales del verano, momento en el cual los vecinos se aglutinan frente a la iglesia y se despiden a los emigrantes que vuelven al pueblo en periodo estival y se marchan una vez más.

La historia de Benitagla está estrechamente ligada a la de sus pueblos vecinos y hermanados a ella como son Benizalón, Alcudia de Monteagud o Tahal. Sólo sus nombres ya dan a entender su pasado musulmán y la importancia del paso de esta civilización por los pueblos de la Sierra de los Filabres. Además de su cultura, los árabes trajeron novedosas técnicas de regadío, modelos únicos de educación, ciencia, o medicina.
Benitagla entre flores de almendro.


La Maravilla

Pozo La Barranquera, Benitagla.
El casco urbano de Benitagla puede verse en diez minutos, o si lo prefieres en dos horas, si deseas pararte a observar, aprender y entender cada una de las cosas que aquí te ofrecen.

Las calles son estrechas y pavimentadas dejando poco espacio pero suficiente para atravesar con vehículo. Las paredes están radiantes de cal en su mayoría, aunque algunos personalizan sus fachadas con piedra o directamente con flores. Las tejas culminan los terrados de manera sublime con una técnica muy común en esta zona de los Filabres.

En una pequeña plaza nos encontramos con el pozo la barranquera, buena oportunidad para sentarse a descansar junto a esta obra de mediados del siglo XX. Otro lugar ideal para un privilegiado descanso es bajo la sombra de la acacia centenaria que se encuentra junto a la Iglesia de San Juan. Al otro lado de la iglesia se encuentran las eras de mies que ejercen ahora como miradores, desde aquí las vistas son sorprendentes.

Eras de mies, junto a la Iglesia de San Juan de Benitagla.

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