24 de marzo de 2015

Bentarique, reflejo de 'La Posnilla'

Árbol adornado en el Paseo de la Iglesia.
Bentarique se asoma entre naranjos de la fértil vega del Andarax, a medio camino entre los municipios de Íllar y Terque, sus vecinos más cercanos. Su silueta pequeña y sinuosa se refleja en cada gota de agua y se queda enamorada de su propia imagen como le pasó al hermoso Narciso de la mitología clásica. Bentarique tiene mucho donde reflejarse, en las aguas termales de La Posnilla o en las aguas cristalinas del río Andarax, este último siempre y cuando el caudal lo permite. Si a alguien le suena raro "La Posnilla" es porque no es de esta zona de la provincia ya que aquí se reunían personas de todos los pueblos colindantes a disfrutar de un buen remojón. Las aguas subálveas de este manantial tienen su origen en la Sierra de Gádor y su enorme potencial nunca pudo ser aprovechado para uso turístico aunque estuvo en el objetivo de la industria del turismo durante varias décadas.  Por falta de acuerdo entre propietarios, regantes y administraciones públicas no llevaron a cabo una promoción merecida del lugar.

El pueblo de los descendientes de Tariq, considerado así etimologicamente, alcanzó sus mayores años de esplendor durante los siglos de dominación musulmana, de ahí su nombre, de marcada reminiscencia árabe. Con la expulsión de los moriscos en el siglo XVI quedó practicamente despoblado como buena parte de la provincia de Almería y fue repoblado de manera paulatina por cristianos venidos de Castilla.
Plaza de la Constitución y campanario de la iglesia de la Asunción, Bentarique.
A principios del siglo XX, con el auge de la famosa uva de Almería la población de Bentarique llegó a cotas históricas, superando los mil habitantes. A principios del XXI son unos trescientos vecinos, que un siglo después, siguen viviendo del campo mayoritariamente. La economía agraria del municipio se mantiene pero los parrales dejaron de ser beneficiosos y fueron arrancados. Hoy son bosques de cítricos los que inundan de verde y nerolí la vega y nuestros sentidos.
Estanque de patos a la entrada del pueblo.

Bentarique está rodeado de ríos y ramblas. Por ello, su comunicación con el resto de municipios siempre fue tarea difícil, sobretodo en tiempos de crecidas fluviales. Ahora un puente comunica Bentarique con Terque y otro con Íllar. De este modo, Bentarique va eliminando paulatinamente barreras y complejos del pasado para ir tomando forma de municipio importante con mucho que ofrecer.

Bentarique es el tesoro mejor escondido de La Alpujarra almeriense, guardado con sigilo pero fácil de descubrir. No fue tan sencillo descubrir otro tesoro que en este municipio enterraron los árabes allá por el siglo XV. De hecho, hasta 1896 no fue descubierto. Se trata de un collar de oro, una ajorca y un brazalete. Este legado es una de las muchas cosas que desconocemos de este lugar y de toda la provincia, pero su importancia es tal, que se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, junto a otras piezas importantes de la historia de España que aquí se exponen como es la Dama de Elche.
Panorámica de Bentarique con Terque y Sierra Alhamilla al fondo.
La Maravilla

Reflejos de Bentarique.
Enfrente del centro urbano de Bentarique, entre la carretera y el río Andarax se encuentra un lugar encantador que hace de estanque para patos y de reflejo, una vez más, para la dichosa silueta del pueblo. En este lugar, los patos hacen las delicias de muchos niños que vienen a visitar la charca, y el pueblo. Rodeado de caminos de piedra y vegetación, está a escasos metros de una zona de ocio muy importante del municipio, con piscina, pistas polideportivas y restaurantes. Es un vergel donde hacer un remanso en el camino, o un lugar donde quedarse para siempre.

Una vez ya dentro del casco histórico hay mucho que ver. Casas burguesas del siglo XIX le dan colorido a un pueblo viejo que se rejuvenece. En la plaza de San José se encuentra la capilla neoclásica del mismo nombre. Entre calles serpenteantes y cuestas empinadas nos damos cuenta de la similitud de Bentarique con el resto de municipios de la comarca de La Alpujarra.
Casas elegantes dan la bienvenida al centro urbano de Bentarique.
El edificio más emblemático del pueblo es su iglesia mudéjar de la Asunción, dominante y altiva a la par de sencilla. Vista desde algunos puntos concretos de la zona da la impresión de ser una mezquita por su esbelto campanario con forma de minarete. Está datada su construcción a principios del siglo XVI, por lo que ha sido testigo de los ires y devenires de lo que ha sucedido en Bentarique durante estas últimas cuatro centurias.

A continuación, el paseo de la Iglesia nos lleva a otro lugar importante para los vecinos del pueblo, la plaza de la Constitución, de gran belleza y hechura. Preside la plaza la casa consistorial acompañada de elegantes farolas. Con los rayos de sol rebotando en el suelo de mármol que se extiende por esta explanada salimos de Bentarique rumbo a nuevos lugares por conocer.
Iglesia mudéjar de Nuestra Señora de la Asunción, Bentarique.

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