30 de abril de 2015

Zurgena, los últimos son los primeros

Rincones de piedra y flor por Zurgena.
Dividido en dos grandes núcleos de población por el río Almanzora, aparece el municipio de Zurgena, puerta de oriente del Valle del Almanzora. Se encuentra a mitad de camino de grandes poblaciones como Albox o Huércal Overa. Su pueblo vecino más cercano es Arboleas, a tan solo cuatro kilómetros de distancia, con lo cual no es difícil ver, a lo largo del día y de la noche, a gente de Zurgena en Arboleas , y viceversa.

En la orilla de este río se encuentra el casco urbano de Zurgena, y justo enfrente se sitúa la barriada de La Alfoquía, en el otro margen. La fisionomia de este barrio es tan grande como la de Zurgena, incluso llegó a albergar en su día la extinta estación de ferrocarril más grande de la comarca. Actualmente se encuentra rehabilitada, pero destinada a otros menesteres. La comunicación entre Zurgena y La Alfoquía eran difíciles cuando el río Almanzora se envalentonaba al ritmo de sus traicioneras aguas. Todo cambió a partir de 1972, cuando se construyó un gran puente para unir y acercar los dos núcleos de población. Otras pedanía importantes como El Cucador, se esparcen por todo el término municipal.
Montes despoblados sobre los tejados de Zurgena.

Como anécdota, no podíamos pasar por alto que Zurgena es el último pueblo de la provincia de Almería en orden alfabético. Este municipio del norte almeriense siempre sale al final de cada libro, de cada publicación, incluso en nuestro blog su etiqueta sale en la última posición, terminando la lista, por detrás de sus ciento un hermanos. Los zurgeneros no tienen la culpa de las vicisitudes etimológicas que se tuvieron en cuenta para formar el nombre de su pueblo. Además, es tan fácil como abrir el libro por el final o buscar su etiqueta en nuestro blog empezando desde abajo, para que así Zurgena, siempre aparezca el primero.
Una de las muchas plazas que engalanan este municipio del Almanzora.
Ermita de la Virgen del Calvario.
Al igual que Francisco Villaespesa en Laujar, Agustín Gómez Arcos en Enix, o Nicolás Salmerón en Alhama de Almería, Zurgena encuentra en la persona de Ginés Parra, su vecino más célebre y su emblema. Este pintor, natural del pueblo, se codeó con la crema de la intelectualidad de principios del siglo XX. Anduvo por medio mundo ganándose la vida junto a su familia, hasta que encontró su sitio ideal, que no es otro que Montparnasse, el barrio más bohemio de París. Mientras tanto culmina su formación en la prestigiosa Escuela Nacional de bellas Artes de Francia. Al volver a España tuvo que exiliarse como el resto de grandes artistas españoles, tras la guerra civil. Sus obras se exponen en museos de todo el mundo y su memoria se recuerda, gracias en buena parte a su amigo Picasso, que junto a otros fundaron la Sociedad de Amigos de Parra.

El casco urbano de Zurgena está recogido y engalanado con muchos parques y plazas, revestidos de flores y palmeras. A poca distancia se encuentran edificios emblemáticos como el ayuntamiento, de edificación aparentemente moderna.

Fachada de la ermita del Calvario.
De arquitectura sagrada destacan con fuerza dos templos cristianos. Una es la parroquia del siglo XVI dedicada a San Ramón Nonato, donde se encuentra el patrón del pueblo. La otra es la ermita de la Virgen del Calvario, en su interior se cobija la imagen que se le apareció a un pastor en el siglo XVIII en el mismo lugar donde se levantó posteriormente el templo de inmensa belleza. Es un pueblo donde la pasión se siente más que en otros lados, con una semana santa importante y reconocida.

Las calles están llenas de vida y gente que rebosa alegría y siente orgullo de su pueblo. Los niños juegan en cada plaza, los mayores cuentan sus historias en cualquier banco, a la sombra. Los fines de semana los bares están repletos de gente que se deja caer por esta zona de la provincia a tan solo noventa kilómetros, por autovía, de la capital almeriense. En la arquitectura de las viviendas se mezcla lo moderno con lo tradicional, con un estilo siempre popular de fachadas blancas y tejados ocres.
Parroquia de San Ramón Nonato, Zurgena.

La Maravilla
Torre del Reloj de Zurgena.

Al igual que en otros pueblos de la provincia que ya hemos conocido como Rágol, o su vecino Arboleas, en la zona más alta de Zurgena se erige una torre del reloj. Estos lugares son los más importantes de estos pueblos, no solo por el monumento en sí, que puede gustar o no gustar, ser más o menos práctico, si no por los sitios donde se encuentran enclavados, dominando los centros urbanos como si de centuriones inertes se tratasen, marcando las horas y los momentos de los vecinos.

La Torre del Reloj de Zurgena mide algo más de siete metros, compuesta de dos plantas. La primera es cuadrada, rodeada de pitas y vegetación salvaje. La segunda se eleva por encima y se presenta con cuatro aristas pequeñas y cuatro grandes, en una de las aristas que dan al pueblo se encuentra el reloj que lleva dando la hora más de un siglo. Sobre el tejado de estilo neomudéjar se yergue una veleta que señala la dirección de los vientos.

La Torre es visible desde cualquier recóndito rincón de Zurgena, y desde ella también se divisa cualquier punto de interés, que son muchos, en un pueblo que tiene muchas cosas que ver y muchos motivos para visitar.
Plaza Con reloj al fondo.

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